¿Vas a visitar Chichén Itzá? Fantástico, no te arrepentirás. Por nuestra parte, para que puedas aprovechar al máximo tu paso por Chichén Itzá, te traemos este breve post. Mientras tanto, te dejamos este sitio para que tengas un referencia de valores de paquetes turísticos.
Chichén Itzá es una ciudad prehispánica muy peculiar. Su estilo arquitectónico presenta una fusión única entre el diseño maya tradicional, típico del período clásico (siglos X a XII), con elementos provenientes de otras culturas de Mesoamérica, principalmente la tolteca.
Este complejo arqueológico representa uno de los destinos turísticos preferidos de todo México. Millones de ojos se posan sobre sus muros silenciosos, entre ellos, los de eruditos y estudiosos. No obstante, Chichén Itzá tiene muchos secretos sin descubrir.
Algunos de los secretos develados hasta la fecha tienen que ver con su extraordinaria precisión astronómica y con controversiales ritos religiosos.
El Castillo de Kukulkán
Este edificio se conoce como templo, pirámide o castillo de Kukulkán. La nomenclatura de “castillo” viene de la búsqueda de similitud con su cultura europea que hicieron los conquistadores españoles cuando conocieron el edificio, y pasaron a llamarlo de ese modo.
Esta es, probablemente, la construcción más emblemática de Chichén Itzá y la más popular. Su edificación data del siglo XII.
Kukulkán, en maya, ‘serpiente emplumada’, es una de las divinidades más importantes de esta cultura. Se la relacionaba con el viento, con el agua y con Venus. Se puede ver una representación suya a los costados de cada escalinata.
Su diseño se destaca por una forma geométrica piramidal. Tiene nueve niveles o basamentos, cuatro fachadas principales de un largo de planta de 55 metros cada una, y cada una, a su vez, cuenta con una escalinata central. La parte superior, por su parte, está rematada por un templete.
La disposición de la planta de la pirámide permite que se puedan observar variados fenómenos de luz y de sombra, los cuales se producen en su propio cuerpo durante los solsticios y los equinoccios.
Su estructura evidencia los conocimientos de los mayas sobre matemáticas, astronomía, geometría y acústica. Su simetría representa el calendario maya: 18 cuerpos, que equivalen a los meses (18 meses de 20 días cada uno) y 365 peldaños, que equivalen a los 365 días.
En 1988, la UNESCO declaró a esta construcción Patrimonio de la Humanidad. Posteriormente, se la declaró como una de las Maravillas del Mundo Moderno.
Equinoccio en Chichén Itzá
El equinoccio acontece dos veces por año: el 21 de marzo, que da comienzo a la primavera, y el 23 de septiembre, que da comienzo al otoño.
En estas fechas, el Templo de Kukulkán es escenario de un espectáculo sin igual. Una sombra desciende sobre la balaustrada de la escalera norte del castillo, hasta llegar a una de las dos enormes cabezas de la base.
A su vez, el sol proyecta sobre el edificio siete triángulos isósceles, que entre los mayas representaba la visita de Kukulkán para fertilizar la tierra y asegurar, de este modo, las buenas cosechas.
En estos dos días del año se puede experimentar una vivencia estremecedora. Asimismo, visitar Chichén Itzá de noche el resto de los días es algo también inolvidable. Existen varias ofertas de tour nocturnos.
Solsticio de Verano
Cuando llega el solsticio de verano, el 22 de junio, acontece un fenómeno peculiar. Se trata del momento justo en que las caras norte y este del Templo de Kukulkán son totalmente iluminadas por la luz del sol, mientras que los lados restantes se ven proyectados en la oscuridad total.
Ese día, el sol traza sobre el Templo una diagonal perfecta, uno de los tantos ejemplos del gran conocimiento y dominio astrológico maya.
Juego de Pelota
El juego de pelota era un deporte tradicional maya, descrito ya en el Popol Vuh. Actualmente, en el complejo arqueológico de Chichén Itzá, se puede visitar una antigua cancha de 160 metros de largo y 75 de ancho.
Los jugadores competían a ras de tierra, mientras que sobre la construcción, a modo de gradas, se acomodaban los espectadores.
En el extremo este de la cancha del juego de pelota, se encuentra el edificio conocido como ”Templo de los Jaguares”, mientras que en el polo opuesto se halla el ”Templo de los Tigres”. Cada una de estas construcciones cuenta con una especie de palco, que, a diferencia de las ‘gradas generales, estaba abovedado.
Se cree que las autoridades más importantes de Chichén Itzá observaban el juego desde estos dos lugares, que por su diseño arquitectónico cuentan con la singular peculiaridad de transmitir las ondas sonoras de extremo a extremo con una nitidez sorprendente, ejemplo del desarrollado conocimiento maya sobre acústica.
El Caracol
Se trata de un presunto observatorio astronómico, cuya construcción data del siglo X, según algunas fuentes, del año 906. Este momento corresponde al período clásico de la cultura mesoamericana, según la cronología europea con la cual se la estudia.
El nombre proviene de una escalera en espiral que tiene el edificio en su interior. Otro nombre es el de Observatorio.
Es una construcción redonda situada sobre dos plataformas rectangulares con diferente orientación. Se cree que gracias a esta forma, puede servir para realizar estudios astronómicos.
Hay estudiosos que, hoy en día, sostienen que El Caracol permitía conocer las mejores fechas de siembra a partir de la posición de la luna, del sol y de otros astros. Cuando su ubicación era la adecuada, se efectuaba además una gran ceremonia, acorde con la importancia que tenía la agricultura para todos los pueblos prehispánicos.
Sus torres redondas son bastante excepcionales de acuerdo con los patrones constructivos mayos. Aunque existen otros pocos ejemplos, estas son las más majestuosas.
Cenote Sagrado
El cenote de Chichén Itzá es, en términos geográficos, una dolina inundada, es decir, un hueco, a cielo abierto, de 65 metros de alto con una profundidad de 35 metros.
Los historiadores sostienen que, desde la boca del Cenote Sagrado, se arrojaban ofrendas consistentes en valiosos objetos textiles, piezas de cestería y adornos de cobre con hermosas aplicaciones de jade.
Lo anterior se deduce de lo que se ha encontrado investigando las profundidades del Cenote. Asimismo, entre 1904 y 1907, se encontraron restos humanos con huellas de violencia. Esto ha hecho suponer que los sacrificios de hombres y de mujeres también servían como ofrenda a Chaac, el dios de la lluvia, a quien se consagraba el Cenote.